lunes, 16 de septiembre de 2013

Podre de los pueblo que pierden la memória

Un nuevo aniversario. Como cada año me encuentro frente al papel y comienzo a escribir un pequeño texto conmemorativo.
Ellos fueron el motivo por el cual junto a otras personas comenzamos un camino de reivindicación, pero también de descubrimiento. En aquellos días, hace mucho tiempo ya, fueron el motor y ocupaban todo nuestro tiempo, prácticamente todo. Nos empapábamos de lecturas, material fotográfico, testimonios, que nos fueron nutriendo más de lo esperado y que aún hoy hacen mella en mi cabeza. 
Minimizar su lucha rotulándola bajo el pedido del “medio boleto estudiantil”, como si este fuese un reclamo menor, es no querer comprender y asumir el compromiso que estos estudiantes secundarios manifestaban a diario en sus colegios, en los barrios más humildes, con quienes necesitaban una mano.
Como tantxs otrxs creían en un cambio, un cambio real sin desigualdad ni discriminación por el solo hecho de no poseer la misma cantidad de recursos económicos. Para ello vivían y dieron la vida. Esa fue la juventud de esos años, la que quisieron callar creyéndose que asesinándolos lo lograrían. Pero no hoy esas ideas son nuestras ideas, banderas que levantamos lxs jóvenes todxs, a pesar de las diferencias.
Esta es la juventud. Pretenden criminalizarla, silenciarla, para que aquellos que dicen que lxs jóvenes somos peligrosos puedan seguir haciendo de las suyas sin problema alguno. A esos les decimos NO, seguiremos adelanta. Por que, aunque parezca repetitivo, somos el futuro y queremos un cambio verdadero.

Este es un homenaje a quienes dieron su vida por sus ideas, para no olvidar y renovar la lucha por aquellas, que bien dije, son hoy nuestras ideas. Pero también es un homenaje, este más personal, a esta(s) persona(s) con quienes transité ese camino, por su insistencia, su acompañamiento y trabajo. Quizás en aquel momento menospreciamos esa labor, la de contarle al resto lo que sabíamos sobre estos chicos, pero hoy la rescato con la fuerza que se merece, por lo que fue y lo que dejó.

Buenos recuerdos aquellos días y los que vinieron luego.

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