sábado, 6 de julio de 2013

Miércoles por la tarde


Es curioso levantar la cabeza y ver que aquellas nubes que nos despidieron de San Antonio todavía hoy nos acompañen en nuestro camino.
No hay palabras para describir y explicar las cosas que aquí nos han sucedido, todo intento de hablar quedara incompleto, sólo nosotros sabemos, o creemos saber, que fue aquello.
Estos días posteriores sirven para empezar a acomodar algunas ideas, charlarlas, pero todavía no podemos dimensionar tal experiencia.
En lo personal agradezco infinitamente a este grupo de personas que se me cruzo en el camino. La lejanía en kilómetros no han mella en la construcción de amistades que poco a poco pueden tomar rumbos diversos, pero para siempre nos quedará el haber compartido estos días en un lugar tan maravilloso que no pueden explicarse con palabras.
Cuando escribí estas líneas todavía me acompañaban en esta aventura, como alguien decidió llamar a esta segunda etapa, algunas de estas personas. Hace apenas unas pocas horas que entre saludos y más saludos nos despedimos con la certeza de saber que en algún momento nos reencontráremos.  

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