sábado, 6 de julio de 2013

Horas


Treinta días han pasado desde que llegue a esta tierra por primera vez. De a poco vamos descubriendo algunos de sus misterios, que no implica poder comprenderlos.
Tantas cosas han sucedido en tan poco tiempo y otro montón pasaron por mi cabeza modificandola una y otra vez.
Al cumplirse dos semanas de haber pisado esta isla escribí lo mucho que faltaba por recorrer, por conocer y cuanto había cambiado, hasta ese momento, este viaje. Hoy a tan sólo treinta y seis horas de dejar esta tierra retomo alguna de esas ideas pero esta vez para intentar pensarlas, por que ya forman parte de un tiempo pasado que hace todo su esfuerzo para no serlo, pero no lo logra.
La necesidad de leer, escribir y caminar es permanente.unos días pasaron ya desde que vi con mis propios ojos el lugar donde, dice, están depositados sus restos. Es difícil comprender que alguien que aún vive en toda persona que tiene el deseo de cambiar, aunque sea un poco, este mundo que nos rodea pueda estar reducido a una pequeña urna. A mi se me hace difícil.
En esos momentos que caminaba por la ciudad que eternamente le agradecerá su labor ni pude evitar pensar en aquella persona que me acercó por primera vez a este personaje. A pesar de sus intenciones se fue sin poder conocer esta tierra.

No hay comentarios: