domingo, 7 de febrero de 2010

(texto que escribí hace ya unos 8 o 9 días)

El día está raro, sol apenas, nubes, algo de viento. Es difícil pronosticar que puede llegar a pasar.
La aparente soledad del momento es una excelente compañía para sentarme frente al océano ç, ver las olas que rompen en la orilla desarmándose y pensar, no mucho, sino lo suficiente para no enloquecer y mantener la tranquilidad de estas “vacaciones”, pienso también en las líneas a modo de boceto que van quedando atrás en las hojas de esta agenda con un destino incierto para ellas, pero no para mí. Por que esas líneas aparentemente abandonadas forman parte hoy de este nuevo texto.

Es muy interesante y a la vez impresionante ver como todo cambia tan rápido y en tan poco tiempo.
Las cosas tienen el poder de darse vuelta sin problema alguno y muchas veces sin siquiera con el tiempo suficiente como para darnos cuenta que eso está sucediendo.

No hay comentarios: