Fin de Año II

Se siete algo así como incertidumbre, no saber para donde agarrar. Sentirse casi extranjero en un lugar que era nuestro. Muchas charlas similares a una última conversación, una despedida. Sabemos que no es del todo como lo pensamos, peor por otro lado estamos a un paso (si es que ya no lo dimos) de formar parte del otro grupo de gente.
Todo está flotando nada apunta a estabilizarse. Una sucesión permanentes de flashbacks hacen que la mente no descanse nunca. No son tan solo recuerdos por que son recuerdos cargados de mucho sentido que hacen que estos tengan un peso particular.
Pensar lo que ya pasó y lo que falta se hace difícil.
Los recuerdos de los años anteriores, como he dicho en alguna otra oportunidad, están más apuntados no tanto a lo cotidiano de las clases, sino a lo que fue el armado y desarrollo del C.E.G. y todo lo que esto arrastro. Porque gracias a ese espacio o lo que generó ese espacio hoy pienso cosas antes quizá impensadas y acciono de una forma distinta ante algunas u otras cosas que se presentan o me presento.
Como no podía ser de otra manera en este momento llueve sobre la ciudad. Clima ideal para sentarse y bocetear algunas líneas. La intensidad aumenta, las gotas se apresuran a caer mientras intento terminar con este escrito medio a las apuradas. Nadie me corre solo yo que me apresuro pensando que nunca llegaré a terminar…

Aprovecho ya que estoy para apoyar al compañero Pepe Mujica en este día donde, esperemos, sea ratificado definitivamente como el nuevo presidente de los Orientales.

Es verdad, podría no terminar nunca…