Con el tiempo los hechos del pasado se re significan, se transforman acompañando el proceso personal, y no tan personal de cada uno. Hoy ya no soy aquel estudiante secundario, pero el recuerdo de aquellos días, que tanto marcaron mi vida, están y regresan cada vez que se necesitan. Es inevitable que los recuerdos no vuelvan a uno, las anegdotas aparecen entre ellos y se mezcla la alegría y la nostalgia.
Por entonces esos jóvenes eran nuestro ejemplo, nuestra bandera. Fueron los protagonistas de una de nuestras primeras actividades, fruto de días, semanas de esfuerzo y mucho trabajo. No faltaron las risas, emociones al sentir el entusiasmo y perseverancia que este grupo de jóvenes ponía en sus reivindicaciones, así como tampoco faltó la angustias cada vez que leíamos el final de la historia. Fueron largas charlas de mensajes que iban y venían tratando de consolarnos después de leer algún artículo o fragmento del libro.
Varios años después pienso nuevamente esos días. Esta fecha y esos momentos estarán siempre como una marca fundamental en lo que después fui.
Lo poco que cuenta este relato no hubiese sido posible sin aquella(s) persona(s) que sintieron, como yo, todos estos momentos.
