Es cierto, queda lejos aquel mayo…, muy lejos. También es cierto que todo lo que se soñaba se pudrió en los rincones, se cubrió de telarañas.
En aquellos años hubo quienes creyeron que podían hacer de este mundo un lugar más justo, con igualdad de posibilidades para todxs. El socialismo y lo que esa pequeña palabra significaba para muchxs fue el horizonte al que se quiso llegar, de una u otra forma. Fueron pocos lxs que lograron concretar ese objetivo, la mayoría ha quedado en el camino, no están, pero forman parte de ese gran ejemplo a seguir, que junto a las grandes utopías, lxs jóvenes tenemos (o debemos) tener delante de nuestros ojos.
Pero esta lucha solo la pudieron llevar adelante quienes tenían un compromiso verdadero con sus ideas, sus compañerxs y su pueblo. Ese es nuestro ejemplo, por que compromiso no es solo convencer a otrxs que por lo que unx pelea es realmente por lo que deberían pelear todxs, sino también convencerse unx mismo, creer realmente en sus ideas y levantarlas en todas las acciones de su vida.
Por momentos creemos que es inútil, que cualquier cosa que se haga, por más voluntad y esfuerzo, no se puede, pereciera ser realmente una utopía inalcanzable. Las ganas de hacer a un ritmo increíble poco a poco se van yendo, el sentido de este accionar permanente se pierde y en un instante nos preguntamos por qué hacemos, y es ay donde resulta imposible no volver a las fuentes, a los comienzos y entender esos primeros pasos que nos trajeron donde hoy estamos. Pero no hay caso todo sigue igual el interrogante inmóvil cual estatua queda fijo sin siquiera intentar un pequeño avance.
Aunque pereciera que si, la historia no se detiene, todxs lxs que creemos que es posible vencer, de una vez y para siempre, esta realidad seguimos y seguiremos, unxs con más fuerza y perseverancia. Estoy convencido que si esto sucede algún día Bajo los adoquines encontraremos arena de playa.
Bajo los adoquines no había arena de playa.
